Arenal d'en Castell. (Como podría ser y como es).

Asi podria ser.


...Y asi es.
Aunque Menorca es la menos urbanizada de las Islas Balears, lo nuestro nos ha costado, no se deben bajar las armas y concienciarnos que el turimo viene por nuestras playas y por nuestra naturaleza, no para ver cemento.

El Decreto de Turismo, o la excusa para el urbanismo
La historia de estas islas está repleta de casos donde la actividad turística se ha usado como excusa para aplicar, en realidad, negocios urbanísticos. Parece que esta tendencia volver a revivir con la propuesta de Decreto que el actual Consejero de Turismo del Gobierno Balear pretende echar adelante.
Y es que ya lo dicen bastante que la crisis siempre es una oportunidad. En esta ocasión, hay que pretenden que sea una oportunidad para volver practicar la especulación urbanística de siempre. Y si no, veáis lo qué dice la propuesta de este decreto que públicamente se ha presentado como un intento de "modernizar" las plazas turísticas.
Dice el texto que promueve el Consejero Nadal que las plazas que se quieran "modernizar" quedarán excluidas de los parámetros urbanísticos y turísticos que lo impidan. A la práctica, esto quiere decir ampliación de volúmenes, ampliación de ocupación de terrenos, ampliación de densidades y otras cosas por el estilo. O sea, que en muchos casos lo qué se pretende se ampliar el número de plazas sobre un mismo espacio (horizontal y/o vertical), y poderse saltar las normativas urbanísticas y de calidad turística que tantos años ha costado ir aplicando. La crisis como excusa por negocios inconfesables. Del todo inaceptable.
Todavía hay más. También dice que las "nuevas actividades económicas" que se quieran poner en marcha podrán iniciarse sin disponer de las licencias previas. Otra pretensión de la política de hechos consumados, a partir de botarse los requisitos más básicos para impedir que los intereses particulares no vayan en detrimento de los intereses generales. Un intento, además, francamente discutible desde el punto de vista de su constitucionalidad.
Todo esto es lo qué hace inviable este Decreto que, si se limitara a intentar que se agilicen los trámites para poner en marcha cualquier actividad, tendría que tener todos los aplausos. Coincidimos en la extrema lentitud de algunos procesos oficiales y en la necesidad de poner eficacia y operatividad en las administraciones públicas. Pero el resto del Decreto sobra.

http://www.gobmenorca.com/noticies/260109/traduce