un hombre, su caballo y su asno.
Este último, mucha carga llevaba
y el andar lo agotaba.
Rendido, suplicó al caballo:
Rendido, suplicó al caballo:
Ayúdame con la mitad de mi carga o moriré.
El cansancio es mucho, alíviame y lleva un fardo.
El jamelgo lo ignoró y a poco el asno murió.
sobre el caballo cargó.
Desgraciado de mí, por no querer al mulo auxiliar
ahora toda la carga yo he de llevar.
Moraleja:
Nunca dejes de ayudar
porque el mal que sufren los otros
siempre a ti te ha de afectar.