Situada en el término municipal de Es Castell en Menorca, a pocos kilómetros del núcleo urbano, la Cala Sant Esteve es frecuentada mayoritariamente por la población autóctona y, en concreto, por los vecinos que poseen una casita en la zona. Históricamente este bonito enclave destaca por ser el lugar donde desembarcaron las reliquias de San Esteban (de ahí el nombre de Cala Sant Esteve) en tiempos del obispo Severo, lo que dio lugar a gran número de conversiones en la colonia judía. Esta zona es reconocida además por el protagonismo estratégico del que gozó en diversos momentos de la historia menorquina. De este modo, en sus alrededores se encuentra el Fort Malborough y la Torre d´en Penjat, dos fortificaciones construidas por los británicos en el siglo XVIII. Frente a la cala se encuentran las ruinas del legendario Castell de Sant Felip, cuya construcción fue ordenada por Carlos I tras el saqueo de Maó por la flota turca en 1935.
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